Con coreografías y hip hop, un grupo de pibes cristianos se acercan a las problemáticas de su generación. ¿Dios es su DJ?
Lo importante: ¡la actitud! Rebeca (23) tiene flequillo stone, viste pantalón amplio y quiere que su grupo marque la coreografía con fuerza de búfalos. Cada vez que marchan a puro locking (gestos ampulosos con los brazos), repiten: "Actitud".
Al fin de la tarde, chicas y chicos que forman parte de Jesus Warriors, red juvenil conectada por las distintas iglesias cristianas, la sudaron felices.
Para salir a "ministeriar" en zapatillas, este grupo de jóvenes recorre plazas o barrios periféricos (aunque también son parte de los masivos recitales de música cristiana) y, en una coreografía, mechan problemáticas de chicos en situación de riesgo.
Cada sábado, llegan 100 pibes de toda la ciudad y de los bordes del GBA y preparan los pasos en un gimnasio de Barrio Norte. Por ahí anda David, el Misionero, un rapero al que Dios "le tira lírica" o Fernando (19), quien llega de Loma Hermosa y demuestra un alto nivel. Tira acrobacias y su testimonio: "Entre los 12 y los 16, estuve en las drogas y la joda. Mi mamá dijo basta: o hacía un tratamiento o iba a la iglesia... En mi viveza, creía que en la iglesia iba a tener libertad. Algo pasó. Cuando quise acordarme, había dejado los vicios. Me pongo a pensar que después de esos cuatro años ahora estoy en el lugar correcto".
La renovación en la forma de llevar el mensaje fue craneada por Ale Gómez, que habla con vehemencia de fe y marketing: "No queremos venderte una religión como los pastores de la tele. Queremos hablarte de que hay una salida, sea cual sea tu problema". Este pastor jovial de sonrisa indeleble e instinto para el marketing logró torcer a los conservadores de su iglesia al mostrar que su hip hop convocaba y mucho. Además de impulsar el Hogar Convivencia (para chicas de 11 a 18 años, víctimas de alguna clase de abuso sexual), escribió un libro llamado Las diez plagas de la cibergeneración (¡!) y lidera a JW y lleva la misión por Latinoamérica.
Bulimia, drogas, alcohol o violencia familiar son engarzados con mímicas en la coreo Testimonios. "Es un ritmo conocido, pero no decimos lo mismo que Sean Paul o Beyoncé", explica Rebeca: "El baile es la herramienta".
Nota Publicada por el S! de Clarin, dia Viernes 22 de mayo de 2009.
Prensa Jesus Warriors
No hay comentarios:
Publicar un comentario